Si en estos momentos está leyendo este apartado de nuestra web, probablemente sea porque algún familiar o conocido ha sufrido un ICTUS.
El término ICTUS abarca de forma global a diferentes situaciones clínicas en las que el cerebro deja de recibir la cantidad necesaria de flujo sanguíneo para que la persona pueda desarrollar con normalidad su vida, viéndose habitualmente afectada su movilidad, su lenguaje, su razonamiento o su conducta.
Las causas que pueden provocar un ICTUS son principalmente de dos tipos:
Obstrucciones en las arterias que llevan la sangre al cerebro, bien por coágulos que taponan el paso de la sangre por las arterias o bien por estrechamiento de estas mismas arterias. En estos casos solemos hablar de ICTUS ISQUÉMICOS.
Rotura de las arterias cerebrales que hacen que la sangre no llegue a las zonas a las que se dirigen esas arterias y que además producen un aumento de la presión cerebral al aumentar el volumen del mismo dentro del cráneo. Son los llamados ICTUS HEMORRÁGICOS.
En ambos casos, las secuelas que pueden provocar dependerán entre otros factores, de la zona en la que se produzca el sangrado o la obstrucción, de la magnitud de la lesión, así como del tiempo transcurrido entre el ICTUS y la atención por parte de los servicios médicos, por lo que lo que solemos afirmar que no hay dos ICTUS iguales.
El ICTUS es la primera causa de Daño Cerebral Adquirido, estimándose una incidencia en España de cerca de 200 casos por cada 100.000 habitantes al año y provocando la primera causa de invalidez permanente en la población adulta, sobre todo cuando los pacientes no reciben tratamiento especializado.
Frente a estos datos de incidencia y consecuencias del ICTUS, es importante resaltar que la evidencia científica ha demostrado que con los programas de NeuroRehabilitación adecuados, hoy en día los pacientes con ICTUS logran recuperar una alta autonomía e independencia.
Se denomina ICTUS a un trastorno agudo de la circulación cerebral que altera la función de una determinada área cerebral. Son sinónimos de ictus los términos accidente cerebrovascular, infarto cerebral, derrame cerebral, hemorragia cerebral, ataque cerebral o apoplejía.
Son múltiples las causas que pueden provocarlos y en algunos casos no podemos controlarlas, pero con frecuencia son consecuencia de una serie de circunstancias personales que se denominan factores de riesgo, entre los que se encuentran la obesidad, el colesterol, el consumo de alcohol y tabaco, la hipertensión, diabetes, etc. Los especialistas de nuestro centro de rehabilitación para ictus indican que estos factores si pueden controlarse con actividad física, alimentación adecuada, medicación, etc., reduciendo significativamente el riesgo de padecerlos.
Hasta hace unas décadas se pensaba que sufrir un Ictus era algo que limitaría permanentemente la calidad de vida de la persona por las secuelas en la movilidad, memoria, lenguaje o deglución que suelen provocar, pero esto hoy en día afortunadamente ya no es así, ya que se ha demostrado que con un tratamiento especializado en un centro para recuperación de ictus, se pueden alcanzar una alta funcionalidad e independencia que mejore la calidad de vida de los pacientes con ictus.
En nuestra clínica de rehabilitación de ictus, NeuroCRECER recomienda comenzar con los tratamientos lo antes posible y para ello cuenta en Sevilla desde 1997, con un equipo multidisciplinar de NeuroRehabilitación compuesto por médicos, neuropsicólogos, logopedas y fisioterapeutas con amplia experiencia y excelentes resultados en el tratamiento de pacientes que han sufrido un ictus.
Póngase en contacto con nosotros y le ayudaremos a resolver todas sus preguntas. Si lo desea puede solicitar una valoración gratuita.