Uno de los métodos más prometedores de neuromodulación es la Estimulación Transcraneal por Corriente Directa o tDCS, por sus siglas en inglés (Transcranial Direct Current Stimulation). La tDCS es un enfoque no invasivo que utiliza corrientes eléctricas débiles para influir en las redes neuronales del cerebro para modificar o regular su actividad neuronal.
Dicho de otro modo, la tDCS es una técnica no invasiva de neuromodulación que utiliza electrodos colocados sobre el cuero cabelludo para administrar corrientes eléctricas de baja intensidad al cerebro. Estas corrientes modifican la excitabilidad de las neuronas en las áreas tratadas. La tDCS se ha investigado ampliamente para mejorar la memoria, la atención, el aprendizaje y el control del dolor, entre otras funciones cerebrales. Es una técnica segura y bien tolerada, lo que ha impulsado su popularidad en la investigación y el tratamiento clínico.
La tDCS ha demostrado ser una herramienta poderosa que complementa las terapias convencionales, acelerando y mejorando la recuperación clínica. Proporciona a los pacientes una intervención personalizada y efectiva, lo que mejora su calidad de vida y su proceso de recuperación.
Además, su potencial se extiende a mejorar la eficacia de otros tratamientos farmacológicos, permitiendo la reducción de las dosis necesarias. La tDCS ejerce un efecto neuromodulador al ser aplicada regularmente y de forma repetida, lo que incrementa la neuroplasticidad cerebral y, como resultado, mejora el estado clínico en ciertas enfermedades neurológicas y psiquiátricas.
La Estimulación Transcraneal por Corriente Directa (tDCS) ha sido objeto de investigación en una variedad de patologías y condiciones neurológicas y neuropsiquiátricas. Los beneficios de la tDCS son variados y se ven influenciados por el tipo y la duración de la estimulación, así como las características y necesidades individuales de cada paciente, observando mayor evidencia científica en:
Es importante tener en cuenta que la efectividad de la tDCS puede variar según la persona y la afección específica que se esté tratando. Además, en la mayoría de los casos, la tDCS se utiliza como una terapia complementaria en combinación con otros tratamientos convencionales ya que se ha demostrado que acorta los plazos de recuperación y potencia los resultados de otras técnicas aplicadas.
La tDCS es una técnica segura y bien tolerada que puede ser beneficiosa para personas de todas las edades y condiciones.
Antes de aplicar la tDCS, realizaremos una evaluación previa para determinar los objetivos terapéuticos, el protocolo adecuado y realizar un seguimiento mediante un mapeo cerebral (qEEG). Durante la sesión, que tiene una duración de 20 a 30 minutos, el paciente se encontrará en un ambiente tranquilo y cómodo, con unos electrodos colocados sobre el cuero cabelludo que se conectan a un dispositivo que genera una corriente eléctrica constante de baja intensidad y ajustable.
Durante la estimulación, es posible que el paciente experimente una ligera sensación de cosquilleo o calor en la zona estimulada, pero suele ser tolerable y no dolorosa. En un pequeño porcentaje de casos (aproximadamente el 1-2% de los pacientes), puede presentarse cefalea, mareo u otros síntomas similares, pero estos efectos suelen ser transitorios y de corta duración.
La frecuencia y la duración de las sesiones dependerán del caso particular, aunque generalmente se recomienda realizar entre 10 y 20 sesiones, con una periodicidad de 2 o 3 veces por semana. Los efectos de la tDCS tienden a ser acumulativos y duraderos, pero varían según cada persona y el tipo de estimulación aplicada. Por esta razón, es importante combinar la tDCS con otras terapias que refuercen el aprendizaje y la plasticidad cerebral para obtener mejores resultados.
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